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De vacaciones con tu mascota


Es una excelente idea compartir con nuestra mascota los periodos vacacionales. Afortunadamente, cada vez son más los alojamientos turísticos donde los animales son bien recibidos.

Si se trata de un perro, el animal lo agradecerá sobremanera, normalmente los perros viven muy satisfactoriamente este tipo de salidas. A él, lo que le interesará sobretodo, es poder compartir este tiempo contigo, pero si además tiene la oportunidad de explorar nuevos lugares, el éxito está asegurado.


Si se trata de un gato, hay más diversidad. Lo habitual será que el propietario prefiera dejarlo en casa, en su ambiente y con sus cosas, porque las salidas suelen producir en el animal un exceso de estrés nada beneficioso. Sin embargo, algunos felinos, no tienen ningún problema en viajar con sus propietarios, es más, también disfrutan con las salidas.

Por último, si nuestras mascotas son aves, reptiles o pequeños mamíferos cuyo hábitat es una jaula o terrario, lo más apropiado será dejarlas en casa procurando que alguna persona conocida las visite periódicamente para alimentarlas y asearlas, o bien, hacernos con una residencia de animales en quien podamos confiar su estancia.

Preparar el viaje

Deberemos optar por un destino apropiado, tanto para nosotros como para nuestra mascota. Si nuestro animal es enérgico y necesita actividad, lo conveniente será alojarnos en plena naturaleza, una casa rural por ejemplo, donde podamos dar paseos y hacer actividades. Por el contrario, si nuestro animal es tranquilito y no tiene una necesidad imperiosa de hacer ejercicio, podremos alojarnos en cualquier espacio, incluidos los apartamentos y hoteles en la ciudad.

¡Atención si vamos a lugares marítimos! Desgraciadamente, no hay muchas playas, al menos en España, donde nuestra mascota pueda disfrutar libremente.

Otro tema imprescindible es conocer exactamente la propia normativa del establecimiento al que acudimos. El distintivo “Se Admiten Mascotas” puede significar que, efectivamente se admitan mascotas, pero, con unas características concretas que, para nuestra frustración, nuestro perro puede no cumplir. Por ejemplo, los animales grandes y de pelo largo no siempre son bien recibidos. Ni qué decir del carácter: si nuestro perro es ladrador y las relaciones sociales (humanas o animales) no son lo suyo, también será un inconveniente.

Tampoco es nada recomendable, por puro sentido común, desplazarnos en vacaciones con un animal poco sociabilizado, que pueda poner en peligro a otras personas u animales, que pueda ocasionar destrozos o que pueda involucrarnos en situaciones conflictivas. Se trata de un periodo vacacional, mejor dejar los experimentos de comportamiento para otras ocasiones.

En cuanto al tipo de alojamiento, otra vez tendremos en cuenta las propias necesidades de nuestra mascota, en casas rurales o apartamentos la estancia será relativamente fácil ya que podremos adaptar los espacios y ubicar a nuestra mascota donde mejor nos parezca. Sin embargo, en los hoteles tendremos el espacio más acotado, normalmente dispondremos de una sola habitación para compartir. Habitualmente, los hoteles que admiten mascotas suelen también permitir la accesibilidad de los animales a sus espacios públicos; salones, jardines, piscina, etc. aunque hay establecimientos que no lo permiten. En estos casos, suelen poner a disposición del animal un canil donde alojarlo mientras el propietario se encuentre en estos espacios.

Para buscar esta clase de establecimientos, lo más cómodo es recurrir a páginas de Internet. Muchas de ellas ya contemplan buscadores con secciones especiales para nuestras mascotas.

En coche

En lo relativo al desplazamiento, el coche suele ser la mejor alternativa, para el animal será un entorno conocido que aceptará de buen grado y a nosotros nos permitirá ir haciendo las paradas que creamos convenientes durante el trayecto.

En avión

Si viajamos en avión, lo más relevantes es saber que si nuestra mascota es pequeña, menos de 6Kg., viajará con nosotros en cabina, pero si es mayor de este peso, viajará en una jaula o trasportín en el compartimento del equipaje.

En barco

En cuanto al barco, normalmente, los animales viajan en un lugar destinado específicamente a ellos pero, conviene comentar con la propia compañía los detalles, ya que algunas son más permisivas en función del peso o comportamiento del animal.

¡Importantísimo! Necesitaremos una visita obligada al veterinario. Lo conveniente sería realizar un chequeo rutinario y constatar en la cartilla del animal que está al día en cuanto a desparasitación y vacunación.


Es también conveniente que consultemos los veterinarios cercanos a nuestro lugar de desplazamiento para que, en caso de emergencia, sepamos donde acudir rápidamente.

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Preparar su equipaje

Para no olvidarnos nada, prepararemos su equipaje minuciosamente:

  • Recipientes de alimentación y agua

  • Cama

  • Correa

  • Aseo (toallitas, bolsas de excrementos, etc.)

  • Botiquín básico

  • Alguno de sus juguetes favoritos, en caso de que tenga

Para el viaje

  • Cinturón de seguridad o arneses si viajamos en coche

  • Trasportín, si nuestro animal es pequeño

  • Bebedero portátil

Documentación

  • Cartilla sanitaria al día

  • Pasaporte para animales domésticos (si viajamos al extranjero)

  • Certificado de buena salud expedido por un veterinario (si viajamos al extranjero)

En el lugar de vacaciones

Si viajas con un perro, lo más apropiado es llevarlo contigo en tus desplazamientos, especialmente en los largos, en aquellos en que la salida dure más de 1 o 2 horas.

Por regla general, un perro, por muy educado que esté, se sentirá inseguro en un lugar desconocido. Si evitamos dejarlo solo, también evitaremos que el animal se ponga nervioso y ladre o destroce el mobiliario en nuestra ausencia.

Debemos tener presente que el alojamiento no es nuestra propia casa; intentaremos, en lo posible, que tanto el mobiliario como el entorno no resulten maltrechos por nuestra presencia. Por descontado, será nuestra responsabilidad abonar económicamente el valor del destrozo que cause nuestro perro.

Por otro lado, si nuestro perro no es el más sociable, también evitaremos enfrentamientos con otros perros o personas.


Cuando termine nuestra estancia, no deberíamos olvidar dejar en condiciones el alojamiento. No se trata de dejarlo todo como una patena, simplemente de limpiar los signos más evidentes del paso de nuestra mascota; pelos, pisadas, etc.

Estás pequeñas acciones ayudan a que cada vez más propietario hosteleros se animen a admitir animales en sus establecimientos.

Y si no te la puedes llevar...

Recuerda que si no consigues encontrar la solución que mejor se amolde a ti y a tu mascota, siempre puedes recurrir a dejarla al cuidado de una residencia.

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