La cola del perro: movimientos, significados, e importancia
Aunque cada vez son más los lugares que prohíben el corte de la cola del perro, todavía son muchas las personas en busca de información sobre los motivos por los que hay tanta controversia al respecto. ¿De verdad puede sufrir mi perro si le corto el rabito? ¿De verdad es tan contraproducente, pese a las ventajas estéticas que comporta? A continuación veremos lo que hacen nuestras mascotas con su extremidad.
La cola del perro
A falta de un recurso mejor, los perros emplean gestos y movimientos de su cuerpo para hacer saber su estado de ánimo y expresar sus emociones; y de todo su físico, la cola es la parte más expresiva (seguida, por cierto, de las orejas). Prácticamente cada uno de sus movimientos quiere decir algo, ya sea dirigido a nosotros o a otros perros con los que pueda cruzarse o convivir. De ahí la importancia de conservarla, para poder sociabilizarse y no tener problemas de comportamiento con otros de su especie. Es, en definitiva, lo más parecido a la expresión facial humana que el perro pueda tener. Pero además, el movimiento de cola favorece la emanación del olor de las feromonas que nuestros animales tienen en las glándulas anales, otra de las grandes vías de comunicación perruna.
Los movimientos y su significado
Movimiento en círculos. Con este movimiento, el perro indica empatía, jolgorio y ganas de jugar.
Movimientos rápidos de un lado a otro. Implican agitación, felicidad y alegría, pero también impaciencia y nerviosismo. De hecho y contrariamente a lo que se piensa, en estos casos el perro se debate entre deseo y miedo. Deseo por hacer algo, y miedo de lo que ocurra si lo hace. El ejemplo más obvio lo tenemos en la comida: si ve que su dueño se acerca al bol del que come, en vez de tener la cola relajada, empezará a agitarla, demostrando la felicidad que le genera la ingesta de comida... pero también el recelo ante el ser humano que se la puede arrebatar.
Movimiento corto y rápido. Sumado a las orejas dobladas hacia atrás y a enseñar los dientes, no hay duda: se dispone a atacar.
Cola levantada, con la punta hacia arriba. Este es lenguaje 100% perruno: con el rabo totalmente levantado, el animal estámostrando su autoridad. Es el perro dominante, y difícil será que le hagan cambiar de idea.
Curva levantada pero curvada. Esta posición no tiene nada que ver con la anterior, puesto que de esta manera nuestra mascota está demostrando su confianza y su autocontrol.
Cola extendida horizontalmente. Quiere decir que el perro está atendiendo a algo que atrae su interés.
Cola extendida horizontalmente y tensa. En este caso, generalmente acompañado de pelo erizado, la atención se genera por un posible enfrentamiento. Un perro con la cola rígida y horizontal no es que quiera atacar necesariamente, pero no está dispuesto a que nadie invada su terreno ni le cuestione su autoridad. Mejor alejarse.
Cola baja, alejada de las patas traseras. Significa que el animal está tranquilo, relajado y a gusto.
Cola baja, cerca de las patas traseras y con ligeros movimientos laterales. Esta es la forma que tiene el perro de mostrar su inseguridad. Está intranquilo y no le gusta lo que tiene delante o a su alrededor; no se fía. Es el paso inmediatamente anterior a la...
Cola entre las patas. Aquí el sentimiento es de miedo. El animal está muy asustado, con temor a ser agredido. Puede indicar esto, o bien puede indicar sumisión ante el miembro dominante de la manada. Este movimiento en particular es fundamental y se constituye como una de las pérdidas más importantes si se corta el rabo, puesto que colocado entre las piernas hace también de contención de feromonas, impidiendo que se segreguen y por tanto “manteniendo la intimidad” del animal.
¿Y qué pasa si el perro no tiene cola (ni orejas)?
Si el dueño decide amputar dichas partes del cuerpo de su animal, éste puede tener graves problemas ante otros perros. No poder demostrar dominancia o sumisión puede llevar a un enfrentamiento violento puesto que puede ser interpretado como un desafío, y por su parte, un humano tampoco está capacitado para saber si puede acercarse al perro con tranquilidad o es mejor (tanto para el animal como para él) adoptar medidas específicas para una convivencia correcta.
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