Salir a correr con tu perro
Por supuesto, no todos los perros pueden practicar ejercicio físico; los hay con problemas coronarios que solo tienen indicado pasear. Pero si nuestra mascota está completamente sana y solemos salir a correr para mantenernos en forma, qué mejor ocasión que salir a correr con él y fortalecer todavía más el vínculo con nuestro amigo perruno.
Sin embargo, salir a correr con el perro no es lo mismo que hacerlo en solitario. Es importante que el veterinario lo examine antes para que confirme que un ejercicio de esas características no será perjudicial o contraproducente para el animal. Y, cómo no, ceñirnos a la normativa municipal, que debemos conocer de antemano. Por tanto, es menester que tengamos en cuenta una serie de elementos.
Salir a correr no quiere decir que el perro deba ir suelto, a no ser que salgamos por el campo o que la normativa lo permita en determinadas zonas. El animal siempre tiene que salir con su correa correspondiente. El problema es que la que solemos usar para pasear o llevarlo al pipicán no nos sirve para practicar ejercicio. Por tanto, necesitaremos una correa especial que podremos encontrar en cualquier tienda de animales. Va enganchada a unos arneses de un cinturón lumbar que llevaremos puesto nosotros. De este modo, tendremos libres las manos y los brazos para correr.
Estudia rutas que sean seguras para los dos
Es importante que conozcamos el trayecto que queremos hacer para conocer si existen peligros (tráfico, muchos viandantes, especies peligrosas (oruga procesionaria), elementos que pueden dañar al animal (piedras, objetos cortantes o punzantes...). Hay que tener en cuenta que estos peligros pueden causar heridas en su piel o en las almohadillas de las patas.
Siempre que sea posible, elige zonas verdes, campo o espacios abiertos aptos para el ejercicio. No es bueno hacer ejercicio sobre el asfalto, ya que el animal sufre.
Antes de salir a correr, entrena
Por mucho que estemos habituados a correr y que nuestro perro sea muy activo, es importante que vayamos poco a poco. Para ello, nada mejor que entrenar primero y realizar breves recorridos que iremos alargando de manera paulatina. Así tanto el animal como nosotros nos adaptaremos a la vezal ejercicio.
Ten en cuenta la época del año
Obviamente, si es peligroso para nosotros correr en pleno verano cuando el termómetro marca 40 grados, imagina lo que puede sufrir el animal. Por esta razón, es sumamente importante que adaptemos nuestras salidas a las condiciones climáticas y la época del año. En verano, mejor salir por la mañana temprano o a última hora de la tarde, y en invierno podemos correr mientras caliente el sol. Así no pondremos en riesgo nuestra vida ni la de nuestro amigo perruno.
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